Sunday 6 December 2015

Música y tofurky

Lo más interesante que ha ocurrido en noviembre se reduce a dos eventos: Acción de Gracias y el festival de música San Diego Music Thing. No en ese orden.

Una de las grandes ventajas de tener mi trabajo es que a nadie le importa qué horas trabaje. Si quisiera ir al laboratorio de 8pm a 5am todos los días y trabajar en pijama, nadie se enfadaría siempre y cuando siguiera mostrando resultados (puede que me ganase alguna sugerencia de terapia, pero quién sabe). Así que me tomé libre la mañana de un jueves para ir a ayudar a vender los pases de 3 días y en general, registrar a todos los conferenciantes y bandas que tocaban en el festival aquel día. La mañana se pasó muy rápido conversando con los otros voluntarios: una estudiante de music business de 19 años,  un señor que trabaja en ensayos clínicos y un chaval artesano del cuero que había vivido en Alaska (no sé por qué nadie es feliz allí). Un grupo variado con una conversación interesante sobre vinilos y el movimiento maker (algo así como el DIY con la meta de reconectarnos con el mundo, en lugar de tanta pamplina de social network y demás lacras modernas). Hablamos de más cosas, pero no recuerdo mucho. Porque por allí apareció Martin Atkins, un inglesón que quizás os suene por su banda, Pigface, que tiene junto a John Lydon (nombre por el que se conoce a Johnny Rotten, sí, el de los Sex Pistols, desde que anuncia mantequilla). 

Johnny Rotten. Nevermind the butter.
Estuve charlando con él sobre la sesión de grabación que había tenido la noche anterior con, cómo no, gente de The Locust. El tipo hablaba con mucha pasión aunque por el simple hecho de ser británico ya me tenía ganada. Desafortunadamente, no pude quedarme a su charla sobre cómo girar de manera rentable y efectiva con tu banda porque tuve que ir a hacer acto de presencia en mi trabajo, ese en el que sí me pagan. Al día siguiente volví para asistir a la conferencia del cantante de Bad Religion y profesor de Evolución de UCLA, Greg Graffin. Como no había mucha gente, tuve la oportunidad de hablar con él, más de ciencia que de música, aunque parezca mentira. Me informó de que mi doctorado en Bioquímica me abriría muchas más puertas que el doctorado en Zoología que él tiene… Os puedo asegurar que cuando alguien con una posición de profesor en una notoria universidad que además resulta ser el cantante de uno de los grupos de punk-rock más famosos del mundo, te dice que tu educación te llevará más lejos que a él, una no puede evitar mostrarse un tanto escéptica.
A lo largo de los tres días de festival vi a todas las bandas que pude, incluyendo a Yo La Tengo, una banda que todo el mundo debería ver, independientemente de que te guste o no su música. Salí de ese concierto con una sensación de tranquila felicidad, como si hubiera hecho yoga puesta de ansiolíticos. También vi un par de bandas en una iglesia reformada que ahora sirve de sala de conciertos (a dos bloques de mi humilde hogar).



El otro evento clave de cada noviembre es el Thanksgiving, no tan musical (aunque tuve que escuchar discos dignos del hilo musical de Starbucks) y con mucha más comida que el San Diego Music Thing. Esta vez volvió a ser similar al del año pasado. Acción de Gracias español el día propio de Thanksgiving, es decir, con compañía originaria de la madre patria. El segundo Thanksgiving (Friendsgiving) propiamente americano, con americanos, con cosas americanas y que terminó, en lugar de jugando a juegos de mesa políticamente incorrectos como el año pasado, viendo películas de Jackie Chan (fun fact: la película estaba doblada al inglés pero con acento chino. En España eso no lo hacían, verdad?). Mi alergia a los gatos me impidió hacer la tradicional sobremesa de 9 horas y tuve que irme después de 5, cuando ya empezaba a notar que respirar se hacía más difícil y los anti-histamínicos no funcionaban. Este Thanksgiving aprendí que el tofurky no es tan malo como suena.

Jacki Chan en su éxito de 1978, Drunken Master.
Se presenta un diciembre prometedor: pasaré la Nochebuena y Navidad en Merced, un pueblo de la California profunda (para que os hagáis una idea) cuya referencia televisiva es la mención en Sons of Anarchy debido a la clínica abortista que se encuentra allí. También voy a tener que volver a visitar a Patty y Selma en el DMV para conseguir una copia de mi carnet de conducir, no sin antes pasar por el Departamento de Policía para denunciar la pérdida del mismo. Y en caso de recuperar mi driver's license antes del 2016, quizás la Nochevieja la pase en la carretera. Sabéis lo que me gusta "Las Colinas tienen Ojos" y no se me ocurre mejor manera de despedir un surrealista 2015 que atravesando el desierto en coche.


No sé qué debería asustarme más. 

xx
Elen

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