Sé que
queréis que os hable de las citas, estilo años 90, que aún están en auge por
aquí. Sí, suelen acabar con el
chico acompañándote al coche para entrarte en el último momento y dejarte
pensando que volvemos a tener 15 años. Luego vuelven a llamarte cuando ya lo dabas por muerto y no te acuerdas ni de su nombre, ni de su
cara, ni de por qué te llama. Pero ellos son así. Tienen tiempo
infinito y, excepto conducir, lo hacen todo a lo griego (despacito, pero no
necesariamente de manera efectiva).
Pues
bien, como lo de darle nietos a mi madre no acaba de lograrse, me dedico a (el
tiempo que no estoy trabajando para ahorrarle a la humanidad el sufrimiento de
enfermedades neurodegenerativas y desórdenes neurológicos) ir a conciertos e
involucrarme en LA ESCENA.
Ese concepto.
San Diego was the next
Seattle. This is an event that never happened but everyone remembers. (San Diego iba a ser el próximo
Seattle. Un acontecimiento que nunca llegó a ocurrir pero que todo el mundo
recuerda). La culpa la tuvieron el grunge
y Kurt.
Cuando
dices San Diego, todo el mundo piensa (musicalmente hablando) en Blink182 (alguien sabía que fueron producidos por Mark Trombino de Drive like Jehu?), y
aunque de todos los grupos increíbles que ha dado San
Diego han sido los más famosos junto a Jewel, la rubia aquella que tocaba la
guitarra (como la máxima expresión de los 90 y que le faltaba un diente, que es
un poco irrelevante, pero al de No Knife le
parecía muy gracioso. Luego creo que su discográfica le pagó la dentadura
postiza, porque yo no la recuerdo mellada a esa mujer), no son, ni de lejos, lo
mejor que ha dado esta ciudad.
Drive
like Jehu, The Black Heart Procession, The Locust, Swing Kids, Struggle, Retox (o
Justin Pearson y sus movidas en general), Fishwife (que creía que los había
visto una vez, pero no, eran Ghetto Blaster, pero aquí como cada miembro de un
grupo tiene otros 15 diferentes, mi confusión es de dimensiones biblícas), Off!
(técnicamente de LA, pero el batería es de San Diego, así que vale), Rocket
from the Crypt, … joder, no sé! Aquí la escena (ese concepto) fue enorme y
aunque, ahora es más pequeña (porque el punk rock lleva agonizando ya unos
años) sigue habiendo conciertos a diario, gracias a promotores y lugares como
el Casbah. Un bar oscuro, que huele a cerveza, con una capacidad lo
suficientemente pequeña como para que desde cualquier esquina del bar puedas
quedarte sordo durante el concierto, y lo suficientemente grande para escaparte
de gente que no quiere quedarse sorda.
Retox en Casbah. En algún momento en febrero. |
O el CHE café, una INSTITUCIÓN (música,
arte, coop) que, desgraciadamente, UCSD (University of California, San Diego)
se ha propuesto destruir. Leed aquí la historia. A pesar de que el desahucio
estaba programado para el 17 de marzo, tengo entendido que aún no ha ocurrido*.
El CHE cafe, dentro del recinto de UCSD |
No
quiero ilustraros en cuanto a la música que algunos calificáis como ruido lo
cual es comprensible y perdonable porque, normalmente, la gente que me ha
gritado “baja el volumen de esa puta mierda” es gente que no puede ni coordinar
el ritmo de dos palmadas seguidas. La ausencia de sentido musical hace que
ciertos estilos te parezcan ruido. No pasa nada. Pero intentad aprender a tocar un
instrumento y veréis como la vida os parece mejor. La música hace que todo sea mejor.
Una de
las muchas, muchas cosas buenas que tiene San Diego es la cantidad de conciertos que
hay cada día en cualquier sitio, desde gratis hasta $20 los más caros. Claro
que hablo de los conciertos que a mí me gustan, esos en bares en los que puedes
oír la música y ver a quienes la tocan, no esos que son en grandes estadios y
no sabes muy bien si lo que hay encima del escenario son personas o Playmobil. Un buen concierto y una birra en la mano y soy la personas más feliz del planeta. Soy de placeres simples.
Llevo deseando venir a California desde que tenía 13 años. No era por
venir a recoger nueces (como bien me decía mi padre a esa tierna edad), ni
salir con skaters, ni para ir a la playa todos los fines de semana, ni para convertirme
en una celebrity, ni para ser guay. Quería ver que tiene esto de especial para
que lo que sale de aquí me guste tanto. Quería ver por mí misma lo que oía en
las canciones y lo que leía en los libros de mis queridos beatniks (también
podéis leer lo que contaba Jack Kerouac de este estado, y quizás entendáis que
estuviera enamorada de la idea de venir a vivir aquí).
Y nunca me interesó venir a San Diego en
particular, probablemente sería igual de feliz viviendo en un pueblín al lado
de la 101. Pero creo que he tenido mucha suerte de que las casualidades me hayan traído a esta ciudad.
Ahora
que estoy aquí, tengo que buscarme otra meta.
Xx
Elen
* (update 08/05/2015) El desahucio aun no ha ocurrido, porque ayer estuve alli viendo una peli. Los chavales que llevan ese sitio estan ocupandolo los 7 dias de la semana, las 24 horas, para evitar que la policia y la universidad vengan a desmantelarlo. Comen y duermen alli. Viven en el CHE para salvarlo. Las alegaciones de la universidad es que el sitio no es seguro, asi que estan recaudando dinero para evaluar el lugar por profesionales y demostrar que es seguro. Los esfuerzos que estan haciendo por mantener vivo el CHE son admirables. Con que les deis un like en Facebook ya ayudariais para demostrarle a la universidad que el CHE es una institucion util, cultural y necesaria.
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