Monday 13 October 2014

Welcome to Tijuana

Todo el mundo me preguntaba que cuando tenía pensado bajar a Tijuana. Y yo decía que nunca, porque no me apetecía ni meter el coche en México ni tener que sobornar a algún agente de policía (como cuentan las leyendas). No tenía yo la menor curiosidad en conocer Tijuana. Ahora no puedo pensar en otra cosa más que en la siguiente oportunidad para volver.



 Cruzamos la frontera caminando, así de cerca están San Diego y Tijuana, que no te lleva más de 10 minutos ir de un lado al otro. O al menos cuando lo haces en dirección Sur. A nadie le importa si estás saliendo de USA. Todo el mundo es bienvenido en México. De hecho, puedes cruzar sin llevar ningún tipo de identificación, porque nadie te la va a pedir en la frontera. No hay nadie. Bueno, un par de tipos vestidos de militares con metralleta, pero están a su bola, seguramente repasando mentalmente la discografía de Paulina Rubio. Lo único que protege el paso de USA a México es un torno.

Caminamos la Avenida de la Revolución donde hay muchos burros pintados de cebra y todo el mundo se dirige a ti en inglés, porque como apestas a turista desde kilómetros a distancia, asumen que eres americano (comprensible por otro lado, con mi 1.70 y melena rubia). Todo el mundo intenta venderte su tequila y lo que sea. Llegamos, después de cuasi-perdernos unas cuantas veces, a un sitio llamado Food Garden, bastante trendy diría yo, para lo que me esperaba de Tijuana. Comimos y bebimos (bebí) un par de birras por nada y menos. Y ya sabéis lo fan que soy yo de las cosas baratas o gratis.

Aquí con mi almuerzo de menos de $4 (cerveza incluída!).

Cómo no dejar propina?
No me extraña que los americanos bajen a Tijuana a emborracharse, no sólo porque la edad para beber es más temprana, si no porque el alcohol es ridículamente barato. Me tomé el mejor Margarita de toda mi vida por menos de 2 euros, en un bar llamado El Dandy del Sur. Los que me conocéis sabéis lo que me apasionan los bares de paisanos en la línea Casa Camacho… El Dandy del Sur tenía indudablemente más estilo, pero la misma esencia.

El Dandy del Sur.
Después del Margarita nos cruzamos a la acera de enfrente a tomar mezcal y comer grillos fritos (llamados chapulines). Ni tan mala la experiencia. Están crujientes y me he planteado empezar a comerme los que cazo en mi casa, calculo un ahorro semanal considerable en cenas.

Grillos o chapulines como los llaman allí. Da cosica si se te queda una patita entre los dientes.


La gente es tan amable y el tequila está tan bueno que si no fuera porque trabajo en el norte de San Diego (lo que supondría conducir cada día al menos 1h en el mejor de los casos, es decir, sin tráfico, situación que nunca se da en Southern California y menos en la frontera) me plantearía venir a vivir a Tijuana.

Cuando volvíamos unos lugareños un tanto sospechosos intentaban indicar a los turistas despistados “un atajo” para llegar antes a la frontera. Ese atajo era un callejón muy oscuro que iba en dirección diametralmente opuesta a donde estaba la garita fronteriza. Llamadme suspicaz, pero no creo que quisieran echar una partida de tazos.
La vuelta ya fue otra historia. Hicimos cola durante 1 hora y 45 minutos, apenas avanzando,  tiempo que aproveché para investigar las farmacias y OH! los medicamentos también son baratos y la posología es mayor! Lo que no sé es cómo de estrictos serán a la hora de venderlos sin receta (o de pasarlos luego a USA). Aquí ya sí que tienes que enseñar todos tus documentos, contestar preguntas obvias para demostrar que “tú eres tú” y declarar lo que traigas de vuelta. Pero no hubo ningún problema y lo único malo que me traje de mi día en Tijuana fueron seis picaduras de mosquito.

La cola de entrada a México...

...y la de salida.
En contra de todo pronóstico, me encantó Tijuana, la gente, el ambiente auténtico y la Wendy (una chihuahua gorda como una cebolla que me encontré casi nada más llegar a México).


Muy bien xx

Elen

Tuesday 7 October 2014

No todo va a ser playa

Acabo de tomar un café con uno de los ganadores del Príncipe de Asturias de Investigación Científica  y Técnica del 2004: Tony Hunter. No me voy a poner a hablar de por qué recibió el premio, ni en qué consiste su investigación, porque para eso tenéis Google y Wikipedia y porque este blog lo empecé con una premisa muy importante: no hablar sobre el trabajo.

Tony Hunter, un tipo simpático. E inglés.

Esta entrada igual roza la violación de dicha premisa, pero creo que merece la pena comentarlo.  

Hace unos días hice una pequeña pregunta en mi facebook que algunos contestaron de manera bastante ingeniosa (que me descojonaba mientras lo leía, quiero decir).


No le pregunté todas esas cosas, muchas porque no venían a cuento (en el parking del curro no hay zona azul asi que no necesito suelto y el café se lo sirvió él mismo, y no sé si se lo tomó con o sin leche, pero estoy bastante segura de que no le puso “unes gotines”), pero sí que le pregunté si conocía los Premios Príncipe de Asturias antes de recibirlo. Sorpresa, sorpresa (nótese el sarcasmo), la respuesta fue “No”, seguida de una risilla. Sin embargo dijo que le encantó Oviedo, que le pareció una ciudad y una experiencia maravillosa, que le encantaron las gaitas y que le sorprendieron muchísimo porque no tenia ni idea de que en España ese instrumento fuera típico de ningún sitio (el norte de España, ese gran desconocido por carecer de paella y flamenco), y que le hizo ilusión ver cómo las tiendinas de la Calle Uría felicitaban a los ganadores y exhibían las fotos de sus caretos. También le cayeron muy bien don Felipe y “la reportera” (en sus propias palabras, refiriéndose a la Leti, claro) y está enterado de que don Felipe ahora es rey. Yo creo que con estos comentarios tan positivos por parte de Tony Hunter, como solemos hacer en Oviedo, habría que levantarle una estatua, como mínimo. Quizás al lado de la de Woody Allen, para que así no sea el pobre de Woody el único que sufra el robo de sus gafas.

El pobre Woody, condenado a caminar solo por el centro de Oviedo.
El resto de la conversación fue dominada, por supuesto y como era de esperar, por temas más científicos, pero sobre todo (y a raíz de la controversia que levantó uno de los ganadores del Nobel de Fisiología del año pasado, Randy Schekman) cómo estamos sometidos a ser las “putillas” de los grandes journal (Nature, Cell, Science…) donde se nos obliga a publicar (la norma que no está escrita en ningun lado pero todo el mundo sigue) si es que quieres llegar a algo en tu triste vida científica. 
Puede que Randy Schekman no lo dijera con estas mismas palabras...

Nos aconsejó que nos arriesgáramos, que intentásemos marcar la diferencia… pero sin pasarnos, que si no funciona luego estamos jodidos. Así que bien, amigos, el café no estaba mal y la charla fue amena e interesante, pero una vez más, nadie tiene la fórmula exacta para llegar a ser algo o alguien relevante en la vida. Como el Profesor Hunter dijo “tiene mucho que ver con estar en el momento adecuado, en el lugar adecuado… y conocer a la gente adecuada tampoco hace daño”. Nada nuevo bajo el sol.

Cheers, Tony.

xx


Elen

PS: Todo ésto me ha hecho preguntarme... cómo se llaman los Premios ahora? Aún Príncipe de Asturias? Es más... quién ostenta dicho título? Está vacante? Puedo presentarme como candidata?

Wednesday 1 October 2014

El cielo de California es de otro color

Hoy, por primera vez en dos meses, me he dado cuenta de que el atardecer en California tiene más colores. Pero supongo que sea una de tantas cosas de las que aún no me había dado cuenta. Como por ejemplo, que el tofu es barato y se puede cocinar de forma que no sepa a pie.

Sunsets in CA. Sin filtros, ni pijadas.

En otro orden de cosas, intentando contentar a mi madre (la cuál sé que es una fiel seguidora de mi blog, a pesar de que no deje nunca ningún comentario porque quizás no sepa cómo) el viernes pasado me fui a tomar algo a Pacific Beach. Madre, tengo que decirte que después de lo que vi el viernes veo difícil cumplir tu deseo de tener nietos rubios y americanos. Amigos, todo lo que hayáis visto en las películas y en las series, el modus operandi de ligar en un bar, es fiel a la realidad. Llegará el individuo 1, al que llamaremos Mike, para contarte, después de un “hey babe, what’s up?”, que es marine y que tiene un montón de pasta. Mike te enseñará a cómo desarmar a alguien si te apuntan con una pistola y te dirá que te quiere llevar a una galería de tiro (o como se llamen esos sitios).  Mientras que Mike te da la chapa un rato y tú piensas si te dará tiempo a poner una lavadora mañana por la mañana antes de irte a la playa, llegará el individuo 2, al que llamaremos Joe, para decirte “hey babe, is this guy bothering you?” (traducción: te está molestando este tío?). Y tú seguirás pensando: “una lavadora sí… pero la secadora no me va a dar tiempo si quiero estar tomando el sol antes de las 11”. Pero llegará ese momento en el que te darás cuenta de que Joe lleva tatuada a la virgen y al arcángel Gabriel en el antebrazo. Y ya, como último rescate, llegará el camarero, al que llamaremos Andy, que te empezará a contar que es músico y que está seguro de que te encantará su música. Te dará su tarjeta, que tendrá pinta de haber sido diseñada con una plantilla del power point, y tú la encontrarás hecha una bola en tu bolso dos días después y decidirás darle una oportunidad porque “quién sabe, lo mismo es el próximo one hit wonder mundial”. Pero no. Si el dolor de ovarios tuviera banda sonora, sería la música de Andy (lo siento, Andy).

Que yo creía que personajes como Joey Tribbiani o Barney Stinson eran exageraciones, pero deben de ser más comunes aquí que las palmeras o las manifestaciones cristianas.
Llamadme clásica o romántica, pero prefiero que me vengan con un “por ti cuchaba en chancles” de toda la vida.

Y antes de despedirme, las cosas más esenciales que he aprendido este mes:
1 – Si alguien te ofrece “shotgun” no es que te quiera llevar a pegar tiros a latas en un descampao, te está ofreciendo el asiento del copiloto. Aunque habría que estudiar el contexto para estar seguros.
2 – No es una leyenda urbana, algunos americanos piensan que España está “por la zona de México”.
3 – Hagas lo que hagas, y pase lo que pase, estate SIEMPRE preparado para un high-five.
4 – En San Diego también hace frío. Hace cuatro noches tuve que ponerme una mantica por encima para dormir  :(
5 – Las reglas del fútbol americano.

Xx

Elen

PS: Le dedico este blog a mis padres, que llevan casados 30 añazos, y eso ye mucho cuchar.

PS 2: Iba a subir esta entrada el martes, pero al parecer internet se había caído en toda la zona. La gente se habrá visto obligada a leer y/o hablar con sus familias, así que supongo que mañana en las noticias hablarán de varios suicidios en el norte de San Diego.