Wednesday 6 September 2017

How I spent my summer vacation Part 2 - Pites Salvajes

Técnicamente las aves son los descendientes de los dinosaurios. Así que puedo decir que en Hawai’i vi más velociraptors que osos en Yellowstone. Cuando visitamos el parque nacional teníamos más o menos claro que animales son los que te puedes encontrar: elks, bears, beavers, bisons, etc… Pero ¿qué fauna espera una encontrarse en Hawai’i (los turistas no cuentan)? Volando hacia allí, mientras nos mataban de hambre a base de panchitos en un vuelo de 6 horas, empecé a ver un documental en el que contaban que la fauna “salvaje” de las islas son gallos y gallinas. Así es, la fauna de Hawai'i son pites. Al parecer, no tienen muy claro como esto llegó a ocurrir, pero me gusta la teoría de que los pollos van a invadir y finalmente, conquistar la tierra. Es imposible que vayan a dominarla peor que nosotros, así que por qué no.


Principio del Manoa Falls trail, donde se rodó Jurassic Park y Lost.

En O’ahu - la isla donde se encuentra Honolulu, capital de Hawai’i - fue donde se rodaron ciertas escenas de tan magnas obras de ficción como Jurassic Park y Lost (Perdidos, la serie), de ahí la ínfima esperanza de encontrarme algún velociraptor, aunque fuera un animatron de los que Spielberg se dejó atrás. Tuve que conformarme con hacer la ruta de las cataratas Manoa, las cuales venden como localizaciones concretas de la peli y la serie. Una vez más, caminamos mucho y evitamos de manera bastante exitosa encontrarnos con un excesivo número de turistas. Algunas de las rutas que hicimos de hecho estaban más concurridas por locals (gente que vive en la zona) que por ineptos. Lo bueno de O'ahu es que es fácil predecir que la mayoría de turistas van a estar en Waikiki, la playa de Honolulu, una especie de Benidorm (donde nunca he estado y espero morir sin haberlo pisado) a la americana. En Waikiki estuve un total de 20 minutos, lo justo para tirar unas fotos y poder decir que lo vi. Allí tampoco había osos.

Algunas de las playas increíbles de O'ahu. Empezando por arriba a la izquierda y en sentido de las agujas del reloj: Hanauma Bay, Waikiki, Keawaula beach que estaba prácticamente desierta, y Makapu'u beach.
Lo obviamente bonito de Hawai’i son las playas, con su agua azul turquesa y su arena blanca, que a veces es tan fina que se te aloja en sitios donde no creías posible. Lo que los catálogos de viajes (como si aún existieran y la gente los mirase) no te cuentan es la cara menos bonita de Hawai’i. Como es normal en USA, en Hawai’i también hay muchos homeless (sin techo) durmiendo en ciertas playas. Y no creáis que ser homeless en Hawai’i no es tan malo - es igual de malo que en cualquier otro lado. También hay algunas playas que en ausencia de turismo, están mas bien llenas de plásticos y mierda que no sé si es autóctona o traída por las corrientes oceánicas desde la isla de basura del Pacífico. El paraíso también tiene sus defectos.
Otra cosa que me gustó de Hawai’i, aunque por supuesto me quejé, es que en ciertas playas cobran entrada a los non locals. Es decir, si eres un turista, tienes que pagar. Esto lo vimos en Hanauma Bay, que tiene un agua tan azul y tan piscinesca que parece de broma. No entramos porque sabíamos de varias playas que sin cobrar entrada una podía ir a remojar el culete sin chocar con demasiadas familias haciendo snorkeling (mamá, aquí te dejo el link para que aprendas lo que es). Ya puesta a ahogarme, por lo menos hacerlo gratis. Pero lo de cobrar entrada me parece bien porque así se ahorran un montón de turistas en tan paradisiaco enclave, porque hay que reconocer que daban muchas ganas de quedarse flotando en esa bahía durante toda la semana. Sobre todo para alguien como yo: poco fan de las olas y la resaca, tan consciente de mis limitaciones natatorias y del poder del océano, pero que disfruta enormemente de estar tirada en la arena durante horas alternándolo con chapuzones seguros “donde haga pie”. Vivo al límite.
USS Arizona Memorial desde el barquito en el que te llevan.
También tuvimos nuestra dosis cultural, visitando DOS veces Pearl Harbor, pues al primer intento habían cancelado la visita al monumento por mareas altas. Así que volvimos a la mañana siguiente, día del famoso eclipse (por lo menos en USA que es donde se veía totalidad). De casualidad vi como al sol a las 7am le faltaba un trocito, que es la forma correcta de referirse a un eclipse parcial. La totalidad no se veía desde Hawai’i, pero si desde otros estados en la mainland (el resto de USA). Gracias, Instagram y Facebook, por hacerme sentir como si hubiera estado de vuelta en Wyoming* viéndolo, y dentro de 30 años hacerme dudar de si realmente lo vi con mis propios ojos. En esta segunda visita a Pearl Harbor tuvimos más suerte y nos llevaron al monumento donde se pueden ver los restos del USS Arizona, uno de los barcos peor parados después del bombardeo (no confundir Pearl Harbor con Armageddon, aunque pareciera que los actores eran casi los mismos).

Algunas de las vistas que fotografié en la cima de los distintos trails que hicimos.
En definitiva, Hawai’i no me decepcionó en absoluto. Yellowstone y Grand Teton tampoco - aunque no hubiera osos. Pero no sabría con cual quedarme, porque es como elegir entre tortilla de patatas y tarta de queso: los dos son maravillosos, pero no directamente comparables. Estoy casi segura de que son los lugares más bonitos que he visto en mi vida. Y eso que soy de Asturies.
Elen
*Estado donde se encuentra Yellowstone National Park.