Tuesday 1 August 2017

Utah, y ni un solo mormón.

Tuve que irme hasta Utah para confirmar que la gente es absurda.

Hasta ahora, mi record en viaje relámpago había sido la visita a Belgrado en la que me pasé 36 horas en un tren para pasar otras 36 horas en dicha ciudad. Este último fin de semana de julio de 2017 he vuelto a practicarlo, y me pasé 16 horas en un coche con el propósito de hacer un hike (ruta de senderismo, como diríamos en castellano antiguo) de 6 horas. Cierto es que en el destino mis acompañantes y yo pasamos unas 24 horas, asíque en proporción pasamos más horas en el destino que las que empleamos en llegar allí conduciendo a través de cuatro estados. A saber: California, Arizona, Nevada y Utah. En este último se encontraba nuestro destino final, Zion National Park.


Tramo de Narrows donde ya empezaba a
estrecharse la cosa y hacer honor a su nombre.
La idea surgió gracias al gusanillo de un amigo por hacer el hike llamado Narrows, que consiste en caminar por el cauce del río - esto es dentro del río - admirando las formaciones rocosas que la erosión de millones de años (algunos dirán que ha sido obra de dios) ha dejado. El paisaje es increíble y no se parece en nada a los Picos de Europa, que es lo que una conoce. Parcialmente también la realización de este viaje fue gracias a la capacidad organizativa de dicho amigo en acumular puntos para que nos saliera el coche de alquiler y la habitación de hotel gratis.
Nosotros en nuestra sapiencia alquilamos unos calcetines de neopreno que espero sean desinfectados con fuego entre usuarios, unas botas especiales y un palo. Tan simple como suena, el palo me salvó la vida más veces de las que quiero reconocer. El hike en sí no parece entrañar peligro de muerte, pero algunas personas se han apañado para morir, lo cual indica que cierta preparación e información previa no está de más. Existe peligro de crecida inminente casi todo el tiempo, y en ciertos puntos del camino no parece que haya muchas posibilidades de aferrarse a nada que te vaya a salvar de ser arrastrado. Pero esos puntos, que también son los más espectaculares en lo que a paisaje se refiere, son los que están más río arriba y por tanto, el nivel de familias e ineptos que no saben dónde están desciende drásticamente.

Al principio de Narrows la cantidad de visitantes es bastante alta, y ahí es donde me dí cuenta, gracias a mi perspicacia, que la gente es absurda. Unos cuantos nos preguntaron cuando ya volvíamos tras 6 horas de caminata, que cuánto se tardaba en hacer el hike, lo cual indicaba que desconocían que era un total de 16 millas, con la imposibilidad de hacerlo en su totalidad puesto que en cierto punto hace falta un permiso especial. Otros tantos comenzaban a caminar a duras penas sobre el lecho de piedras del río sujetando en la mano sus chanclas de cuña (nunca alcanzaré a comprender el nivel de inopia de un ser humano para creer que ese calzado es adecuado para caminar en la naturaleza) y exhibiendo una cara de dolor propia de estar pisando piedras y palos del fondo de un río. Quiero creer que en realidad todas esas personas sabían que no serían capaces de hacer más de 200 yardas y solo estaban testando lo que se siente al caminar en un río. Pero quién sabe, a lo mejor son de la clase de gente que engrosa la lista de muertos anuales en parques nacionales. Viendo a toda esa gente luchando contra la naturaleza mientras caminaban como zombies nos hizo sentir como auténticos pros del senderismo.

Aliens aparcados fuera del 7eleven.
A penas tengo fotos de la jornada debido a la dificultad de sacar y meter la tecnología de la bolsa impermeable, pero aunque no pueda demostrar en Instagram o Facebook con 50+ fotos que de verdad estuve allí, os digo que no le hubieran hecho justicia a ese paisaje. Tendreis que creerme cuando os digo que hice Narrows con relativo éxito, ya que solo me caí de culo cuando me quedaban menos de 500 metros para acabar.

Como guinda al road trip y fin de semana, visitamos una especie de 7eleven de temática alienígena y vimos el termómetro más alto del mundo - ambos localizados en Baker, California.

Lo dicho, un éxito.



Elen

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