Todas esas horas
de trabajo voluntario que hago no solo me recompensan con el infinito gozo de
impartir sabiduría y compartir interesantes discusiones sobre todo tipo de
temas científicos con cualquiera, sino que de vez en cuando también me dan
cosas en reconocimiento de mi labor altruista. Desde bombones salados, a entradas a museos o tarjetas regalo del
Starbucks. Pero esta vez, y compensando por todo, me dieron un pase para la
Comic Con! Y que es mejor cosa que hacerse con uno de los imposibles pases para
ir a la exclusiva Comic Con?? Ir gratis! Lo único que tuve que hacer fue estar
3 horas el sábado por la mañana en el Futurism & Tech Pavillion, acompañada
de otro simpático científico, hablando con cualquiera que quisiera acercarse a
hacernos preguntas: desde nuestra opinión sobre la nueva ola absurda de que la
tierra es plana (a estas alturas volvemos a eso?), de los efectos del cannabis
o el alcohol en el cerebro, de por qué la vía láctea se representa de aquella
manera o de si es posible morir por el impacto de una hormiga a 1000 millas por
hora (ya sabéis que aquí lo del sistema métrico es cosa de brujería).
Los ya tradicionales "predicadores" que advierten del inevitable destino que te espera si lees comics y te gusta la fantasia que no sale en la biblia. |
Al acabar mi
turno tuve la oportunidad de darme una vuelta por las diferentes demos de
realidad virtual que había allí. Era en un hotel de esos que tienen eventos
satélite para los que no hace falta pase, haciendo un poco felices a los pobres
desgraciados que intentan conseguir pases sin éxito. Lo mejor, la demo de
realidad virtual de Paranormal Activity, en la que grite de horror como la
propia madre de Laura Palmer. Gracias a ello también me gané la invitación a la
exclusiva VIP party que tuvo lugar aquella noche y que prometía la asistencia
estelar de uno de los grupos que más rabia me da del panorama musical de la
primera década de los 2000, Black Eyed Peas, y la degustación de whiskey
Macallan que bien merecía aguantar a los Black Eyed Peas y a cualquier otro
horror de la industria musical. Afortunadamente, Black Eyed Peas se habían
retirado prudentemente de dicha celebración a la hora a la que yo decidí
aparecer, elegantemente tarde. Pero el whiskey seguía allí, que era lo
importante. Además, como en toda fiesta VIP que se precie, hice valiosos
contactos y me regalaron un montón de swag de los Power Rangers.
Un tipo majo. |
El domingo de la
Comic Con, que se supone el día menos concurrido de dicho evento, era digno de
una de esas Semanas Santas del sur en las que arrojan bebes contra estatuas de
vírgenes, aunque la Comic Con estaba más organizada y daba menos miedo a pesar
de los monstruos. Me lo pase muy bien paseando y mirando a la gente,
haciéndonos fotos con los zombies de Walking Dead y evitando por poco no
hacerme spoilers a mí misma. Os aseguro que si no habéis visto alguna serie, ir
a la Comic Con no es la mejor idea si quieres mantener el misterio. Tras mucho
deambular por todos los exhibitors
finalmente encontramos lo que creeríais más obvio de la Comic Con: LOS COMICS. Después
de horas de deshidratación e inanición, cargando con una mochila llena de cosas
(aunque no las suficientes, me esperaba mucha mayor cantidad de freebies – cositas gratis) y ya cansada
de no haber visto a ninguna celebrity
reconocible, me retiré a mi apartamento con el reconfortante sentimiento de que
había estado en la Comic Con y ya podía tachar una cosa más de mi bucket list.