Wednesday 1 April 2015

Otro 2 de abril

No sé en qué día vivo. Y por eso, sin darme cuenta, ha llegado el 2 de abril. Que diréis que qué tiene de importante el 2 de abril. Pues no sólo es el día después de los Inocentes para los anglosajones (llamado April Fool's) y que quizás hoy haya gente intentando salvar las consecuencias de alguna broma de mal gusto, sino que también es el cumpleaños de mi madre. Y como no sé en qué día vivo, no he podido mandarle alguna tarjeta y ha tenido que conformarse con una felicitación vía whatsapp, de esas en las que pones muchos iconos para que parezca que el énfasis es mucho mayor (a pesar de que se me escapó el icono de la mierda y de la jeringuilla con la emoción).

Mi madre es una señora de cincuenta y tantos años, rubia y de ojos azules.

No me parezco en nada, físicamente, a ella. Vi fotos de ella cuando era joven y era un bollu (buen trabajo, papá, no sé con qué la emborracharías la primera vez, pero no tuviste tanta suerte en tu vida).

Mi madre me enseñó a escribir mi nombre antes de que me lo enseñaran en el colegio y es por eso que mis “e” mayúsculas son como un “3” al revés.

Mi madre nos hacía recortar de los catálogos del Toys’r’us los descuentos de los juguetes que pedíamos a los Reyes para “ayudarlos con su tarea”. También nos decía que era mejor dejarles sidra que leche y galletas.

Mi madre es incapaz de recordar el título de cualquier película. Para ella Resident Evil se titula Revildevil. Y si le dices otra cosa, no sabe de qué estás hablando. También le pasa en español.

Mi madre tiene un don de gentes que ya lo quisiera Will Smith. Mi madre se hubiera hundido con el Titanic porque se habría puesto a charlar con los músicos.

Mi madre lo mismo te persigue para darte besos y abrazos como te grita “que te den por el saco”. Pero nunca se enfada más de 10 minutos, porque, tarde o temprano, querrá charlar sobre algo aleatorio contigo.

Mi madre felicita a las vecinas gordas porque cree que están embarazadas. Lo hace desde el fondo de su corazón y con la mejor de las intenciones. He heredado esa incapacidad para discernir gorda de embarazada.

Mi madre se pasó todos mis juegos de la GameGear en tiempo récord. Incluso el nivel de la estampida del Rey León. También hace ganchillo y punto de cruz. Y la mejor tortilla de patata del universo, según mis papilas gustativas.

Da igual que le hayas puesto 43kg de azúcar a ese postre, para mi madre “está poco dulce”.

Mi madre se puso a llorar desconsoladamente cuando se enteró de que me mudaba a California. Y mientras me abrazaba llorando, me gritaba al oído “no te voy a ir a ver, que ta muy lejos”.

A mi madre le gusta hablar de todas las veces que me pilló borracha para descojonarse a gusto con mi padre.

Mi madre te dice las verdades a la puta cara. Cosas buenas y cosas malas.

Y cree que el Tinder es, genuinamente, para hacer amigos.

Mi madre quiere tener nietos rubios, de ojos azules y americanos. Los genes recesivos quizás los tenga en mis óvulos, pero para asegurarme tendré que seguir arrejuntándome con californianos rubios, de ojos claros y fornidos (que lo hago por mi madre, no por mí).

Mi madre es mi amiga y por eso le envío fotos del pene de Michael Fassbender. Y con ella puedo hablar de (casi, casi) todo.

Mi madre es una luchadora y ya quisiera yo tener la actitud que tiene ella ante la vida. Que si la vida te da limones, mi madre no sólo te hace limonada, si no que se lo mezcla con ron, se va de rave y cuando vuelve te hace una mousse de limón.

Y por todo esto, y por mil millones de cosas más, le dedico el blog de hoy, de este 2 de abril. Felicidades!

Ahora, hacedme un favor y todos los que tenéis a vuestra madre a mano, id y dadle un abrazo. Que yo a la mía no puedo.

Amor y aguacates para todos


PS: Mamá, por favor, no pongas nada en los comentarios, que seguro que estás llorando y te vas a poner toda cursi. Mándamelo por whatsapp :)